Vuelve a presentarse la obra El mundo es más fuerte que yo, que está en cartel desde 2017. Esta vez se presentarán en Ciudad Cultural Konex. Una obra de La mujer mutante, creada y escrita por Victoria Roland y Juan Coulasso, en conjunto con Matías Coulasso y Flor Sánchez Elia.
El mundo es más fuerte que yo es una obra creada por la compañía La mujer mutante. Está en cartel desde 2017 y se presenta este año por primera vez en Ciudad Cultural Konex el 30 de mayo y el 5 de junio, a las 20hs. Además, sacaron un libro doble con los diarios originales de Victoria Roland mientras ensayaban, y con el texto de la obra.
Las fotos en Epecuén son de Nora Lezano, el vestuario es diseño de Endi Ruiz. Los intérpretes son: Victoria Roland, como La Actriz; Juan Coulasso, como El Director; Flor Sanchez Elia, como La Asistente; Matías Coulasso como El Baterista.
La obra es una experiencia para presenciar, y luego para interiorizarse. Una de esas creaciones donde es muy difícil hacer una reseña porque es valioso ir, ver, y luego leer al respecto, sino corremos el riesgo de contar algunos detalles que son absolutamente preciosos para dejarse sorprender. La obra trabaja con la premisa del fin de teatro occidental como iniciadora, y luego se desarrolla la trama. La trama se construye entre terremotos, recitales, música clásica y la figura de Ifigenia en Áulide.
En esta nota vamos a compartirles, para que puedan leer previo a la obra, la historia de Ifigenia en Áulide, una tragedia de la mitología griega escrita por Eurípides.
“Una Ifigenia trash será invocada
para salvar al teatro occidental
de su incesante repetición.”
dice la sinopsis de la obra
"Y vendrá un nuevo kilómetro cero de esta performance de momentos arrolladores, ensordecedores, desconcertantes y mágicos mientras, afuera, se pone el sol, y, adentro, la actriz será Ifigenia en Áulide y será la víctima de un terremoto que nunca vivió y será un terremoto en sí mismo y será una convulsionada mujer/actriz en estado de trance y será la hija del rey Agamenón y de la reina Clitemnestra y será, es, una performer que transpira actuación." dijo Alejandro Cruz en una nota para La Nación.
Y entonces decimos:
¿Quién es Ifigenia y por qué será invocada a un nuevo sacrificio para salvar ahora al teatro occidental?
En la mitología griega Ifigenia, hija del rey Agamenón y la reina Clitemnestra; y hermana de Electra, Orestes y Crisótemis es condenada a sacrificio por su padre para seguir navegación camino a Troya e intentar ganar la guerra.
Helena (hija de Zeus) es raptada por Paris. Agamenón reúne a su ejército en el puerto de Áulide para embarcar contra Troya. El adivino Calcas afirma que para que haya vientos favorables camino a Troya debe sacrificar a su hija menor, Ifigenia. Agamenón accede. Envía una carta solicitando la presencia de Ifigenia en Áulide para una supuesta boda con Aquiles, que será en verdad un sacrificio a ciegas. Clitemnestra e Ifigenia llegan a Áulide celebrando un falso casamiento. Ya en Áulide, confusiones y sinceramientos mediante la verdad del sacrificio es conocida por Ifigenia y Clitemnestra. Ambas se oponen suplicando a Agamenón suspenda el sacrificio. Agamenón se niega. Aquiles, también engañado se ofrece a impedir el sacrificio aún si él debe entregar su vida por ello. Ifigenia, en un acto de valentía dolorosa acepta el mandato de su padre y así también su muerte. Al ofrecerse ella en sacrificio, Artemisa troca su cuerpo por el de un animal. Ifigenia desaparece y un ciervo es degollado en su lugar.
En la tragedia de Eurípides Ifigenia en Áulide (link a un pdf libre aquí) se relata el sacrificio de Ifigenia.
Les compartimos aquí algunos fragmentos bellísimos de la traducción de Gabriela Massuh:
El coro dice:
Bien distinta es tu suerte, Ifigenia.
El ejército de Argos coronará tu espléndida cabeza como si fueras un ternero que vino de los montes, como a bestia sin defensa hundirán la cuchilla en tu cuello virgen que no creció al son de la flauta del pastor, sino junto a su madre, para ser novia de héroes.
¿Dónde, en qué lugar de esta tierra,se esconde esa noción de pudor
capaz de hacerle frente a la desvergüenza del poder?
¿Qué será de nosotras ahora
si el poder arbitrario nos avasalla
si los hombres desconocen la virtud de la ley,si triunfa el caos sobre el orden
y a ningún mortal le importa la justicia?
Ifigenia a Agamenón ruega:
Como la rama del olivo al árbol
así mi cuerpo se abraza a tus rodillas,
yo, tu hija, la que ahora te suplica:
no me mates antes de tiempo.
Es tanta y tan dulce la luz que
todavía me queda por gozar.
No me mandes prematuramente a las tinieblas.
Yo fui la primera que te llamó padre,
la primera en sentir el amparo de tu falda y recibir el calor de tus caricias.
(...)
Te olvidaste de todo, padre,
ahora decidiste matarme.
En nombre de tu abuelo Pelops y de tu padre Atreo,
en nombre de mi madre que me parió con dolor
que vive ahora esta agonía
como si me fuera a parir de nuevo,
te suplico, no me mates.
(...)
Por Orestes, mi hermano,
no me mates,
no me desprecies padre,
¿dónde quedó tu piedad?
¡No te conmueven las súplicas de tus hijos!
No puedo rogarte más, ya no me quedan lágrimas,
sólo esta frase
que concentra todo mi dolor:
Esta luz, la luz del sol es lo más dulce que tenemos.
Las tinieblas de allá abajo
no significan nada.
El que prefiere la muerte está loco.
Porque una vida penosa
es mucho mejor que una muerte con gloria.
Luego Ifigenia a Clitemnestra dice:
Voy a morir.
Ya tomé la decisión.
Pero quiero morirme con dignidad,
sin desasosiego, en paz.
Madre, no te opongas, escucha mis razones.
En este momento todo el poderío de Grecia
depende de mí: la travesía de las naves
y el hundimiento de Troya.
De mí depende hoy que el día de mañana
cualquier bárbaro no se lleve impunemente
a una mujer griega.
Es necesario castigar a Troya
por el rapto de Helena.
Si yo muero, el castigo tendrá lugar y se hará justicia.
Yo voy a seguir viva, glorificada por la memoria de los griegos.
¿Quién me da el derecho de aferrarme a la vida?
Al fin y al cabo también soy propiedad de Grecia, no sólo tuya.
Miles y miles de hombres armados dicen no temerle a la muerte y están dispuestos a batirse con el enemigo por la patria herida.
¿Mi vida va a ser un obstáculo para semejante voluntad?
¿Es justo que yo me oponga?
Déjenme decirles lo siguiente:
¿Es justo que este hombre se alce contra su pueblo y sucumba en el intento sólo por defender a una mujer?
Porque la vida de este hombre vale tanto como la de mil mujeres.
Si Artemisa me ha elegido como víctima,
¿Puedo yo, simple mortal, oponerme a una diosa?
De ninguna manera.
Que la Hélade disponga de mi cuerpo.
Sacrifíquenme, que en mi sacrificio se hunde Troya.
Cedo el tálamo nupcial y los hijos que podría tener a cambio de la memoria.
La memoria será mi eternidad.
Los griegos nacieron para educar a los bárbaros, madre, no a la inversa. Si los bárbaros por naturaleza son esclavos, nosotros griegos hemos nacido para la libertad.
Por último Ifigenia al mundo dice:
Ahora voy.
Yo triunfo sobre Troya.
Yo doblego a Ilión.
Vamos, coronen mi cabeza de flores.
Tráiganme agua bendita para que me lave las manos
y bailen alrededor del altar y del templo en honor de Artemisa, la bienaventurada.
Que yo, mi sangre, mi vida,
he de purgar las palabras que pronunció el cielo.
Ifigenia, mujer universal invocada ahora por La Actriz de la obra para encarnarla y así sacrificarse ella también en un recital trágico que promete terminar con la incesante repetición del teatro occidental. Acto heróico recuperar a Ifigenia y habitarla por esta mujer/actriz que sudor mediante toma prestadas sus palabras para fundirse junto a ella en un nuevo sacrificio representado o real a vista de todos, impedido por nadie.
¿Es este acto de disolución poética un sacrificio triunfal?
¿Podrá La Actriz / Ifigenia salvar así al teatro?
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Victoria Roland hace lo suyo, es Actriz e Ifigenia en este espectáculo terremoto. En el proceso de interpretarla escribe en un diario cómo construye ese acercamiento. Ese diario, está publicado en el libro Diarios de la actriz / El mundo es más fuerte que yo, publicado en 2020 por Populibros. Lo consiguen escribiéndole directamente a la compañía aquí, o en el Konex mismo antes y después de la obra.
El libro fue editado y diseñado por Ailén Cafiso en un proceso creativo junto a Victoria Roland y Juan Coulasso, las ilustraciones son de Flor Sánchez Elia, la ilustración del diseño de vestuario es de Endi Ruiz.
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Aquí les compartimos más notas de prensa sobre la obra y el libro:
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